TRAYECTORIA

Sabrina Sampere nace en Sabadell en 1975. En 2008 establece su casa-taller en la ciudad de Girona. Compagina su actividad como artista con la formación artística y talleres puntuales.

En 1998 se licencia en Bellas Artes por la Facultad de Bellas Artes de Barcelona, y en el año 2000 realiza los cursos de Doctorado en la misma facultad. Sabrina Sampere es una artista multidisciplinar que trabaja la pintura, el dibujo, la acuarela, el grabado, la joyería y las instalaciones efímeras.

Ha sido seleccionada para el Premio de Pintura Joven de la Sala Parés, Caja Rural del Sur en Sevilla, Premio Calahorra y Premio Ricard Camí de Terrassa, entre otros.

Su obra está presente en la Fundació Caixa Terrassa, Fundació Banc de Sabadell, Museu d’Art de Sabadell, Col·lecció Galí de Palamós, la Sede del Colegio de Arquitectos de Girona, Ayuntamiento de Cambrils, Ayuntamiento de Montcada i Reixac, Fundació Iluro y en colecciones particulares de América Latina, España, Estados Unidos, Francia, Japón, Reino Unido, Holanda y Suiza.

Ha realizado exposiciones individuales y colectivas en Barcelona, Blanes, Calahorra, Castelló, Gavà, l’Estartit, Mataró, Montcada i Reixac, Sant Cugat del Vallès, Sabadell, Sevilla, Terrassa, Oviedo, Peratallada, Valencia y Londres, entre otros.

OBRA

Las obras de Sabrina Sampere son una exploración profunda y poética del paisaje, donde las palmeras ocupan un papel central. En sus cuadros, estas se presentan tanto solitarias como en grupo, simbolizando una gama de situaciones emocionales y existenciales. Su paleta de colores vibrantes captura la esencia de la naturaleza, creando atmósferas que invitan a la reflexión y a la contemplación.

Un elemento distintivo de su obra es la aparición de un sillón heredado de su abuela paterna, que aporta una dimensión personal y nostálgica. Este objeto, junto con otras sillas y tumbonas, se convierte en un punto de anclaje que invita al espectador a meditar sobre la conexión entre el pasado y el presente. Su preocupación por el planeta se hace evidente en sus representaciones, donde las palmeras se retratan como personajes que reflejan sus sentimientos sobre el mundo que las rodea.

Las nieblas y las atmósferas presentadas añaden una capa de misterio y simbolismo, sugiriendo ideas de transición y cambio. Estas texturas etéreas pueden evocar emociones profundas y reflexiones sobre la impermanencia de la vida y la naturaleza. El simbolismo en estas obras invita al espectador a interpretar más allá de lo visible, explorando las conexiones entre el paisaje y las experiencias humanas.

El proceso creativo de Sabrina comienza con bocetos previos de la realidad, que luego retoma en sus cuadros, donde combina espacios reales con otros más emocionales. Así, transforma sus experiencias en una comunicación poética y simbólica que, plásticamente, no deja indiferente. Cada obra es una invitación a sumergirse en un mundo donde la naturaleza y las emociones se fusionan en una expresión artística única, rica y evocadora.